Hola chic@s.
Hoy Jesús nos presenta el Espíritu de Dios. Nos dice que está en todos nosotros, aunque no lo notemos. Ya sé que rápidamente os puede surgir la pregunta...¿Y cómo sé que yo lo tengo?
En Evangelio de hoy nos recuerda que el Espíritu es como una fuerza que sale de tu interior y hace que ayudes al compañero que está sólo, al compañero que sufre, al compañero que te pide ayuda. Es una fuerza que te invita a servir, a ser solidario con el que tiene una necesidad y que a la vez te hace sentirte bien, alegre, feliz.
Escuchemos la Buena Noticia que el evangelista Lucas nos cuenta.
Adaptación Lc 1,1-4; 4,14-21
Jesús volvió a Galilea. Tenía la fuerza del Espíritu
Santo, y su fama se extendía por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas de
los judíos y todos valoraban mucho lo que hacía y decía.
Fue a Nazaret, el pueblo donde había vivido de
pequeño. Entró en la sinagoga, y se puso en pie para hacer la lectura. Entonces
leyó un texto del profeta Isaías. Decía:
“El espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha nombrado. Me ha enviado para anunciar la buena noticia a los pobres, para anunciar la libertad a los que están presos, y dar la vista a los ciegos; para liberar a los oprimidos, y anunciar el tiempo de la misericordia de Dios”.
“El espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha nombrado. Me ha enviado para anunciar la buena noticia a los pobres, para anunciar la libertad a los que están presos, y dar la vista a los ciegos; para liberar a los oprimidos, y anunciar el tiempo de la misericordia de Dios”.
Leía con tono solemne. Cuando terminó la lectura,
empezó a explicarla. Todos estaban atentos. Y entonces les anunció: “Esto que acabáis
de oír se cumple hoy”.
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